Un grupo de jóvenes de Torreorgaz, un pueblo cercano a Cáceres, patearon hasta la muerte a una burra durante la noche del viernes y la colgaron con una soga de la marquesina de la parada de autobús, donde moribunda ha sido hallada esta mañana, según informa El periódico de Extremadura.
El propietario de la burra, Gonzalo Gómez Luengo, fue informado de los hechos por un vecino de la localidad. Los testimonios de la familia del dueño del animal, de vecinos y de la alcaldesa de Torreorgaz, recogidos por el citado diario, apuntan a que los presuntos culpables de su maltrato y posterior muerte son los quintos del pueblo, un grupo de alrededor de unadecena de jóvenes de 17 años.
El propietario de la burra, Gonzalo Gómez Luengo, fue informado de los hechos por un vecino de la localidad. Los testimonios de la familia del dueño del animal, de vecinos y de la alcaldesa de Torreorgaz, recogidos por el citado diario, apuntan a que los presuntos culpables de su maltrato y posterior muerte son los quintos del pueblo, un grupo de alrededor de unadecena de jóvenes de 17 años.
Los quintos admiten que ataron al animal con una cuerda, pero dicen que murió "de vieja"
Según el informe del veterinario que examinó el cuerpo de la burra, ésta se "se encontraba reventada por dentro". La hija del dueño precisó, además, que "incluso le han metido palos por el trasero".
Por su parte, los quintos del pueblo han asegurado que ellos no tienen responsabilidad en la muerte del animal, y que si ha fallecido es porque "era vieja" [tenía 20 años]. Los jóvenes sólo admiten que ataron a una cuerda alrededor del animal y lo llevaron hasta la parada, y que no le hicieron "nada más".
Concepción Polo Polo, la alcaldesa de la localidad cacereña, ha señalado que "todo el pueblo está indignado, excepto los padres de estos niños, que han pedido a toda costa que les sea retirada la denuncia". La regidora se plantea, después de esta última acción vandálica,prohibir las fiestas de los quintos, que suelen gozar tradicionalmente de impunida
Según el informe del veterinario que examinó el cuerpo de la burra, ésta se "se encontraba reventada por dentro". La hija del dueño precisó, además, que "incluso le han metido palos por el trasero".
Por su parte, los quintos del pueblo han asegurado que ellos no tienen responsabilidad en la muerte del animal, y que si ha fallecido es porque "era vieja" [tenía 20 años]. Los jóvenes sólo admiten que ataron a una cuerda alrededor del animal y lo llevaron hasta la parada, y que no le hicieron "nada más".
Concepción Polo Polo, la alcaldesa de la localidad cacereña, ha señalado que "todo el pueblo está indignado, excepto los padres de estos niños, que han pedido a toda costa que les sea retirada la denuncia". La regidora se plantea, después de esta última acción vandálica,prohibir las fiestas de los quintos, que suelen gozar tradicionalmente de impunida
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